“No doy crédito a tanta mala leche”
Goya al mejor actor el pasado domingo, habla sobre premios, políticos, fracasos ideológicos y sus inicios en el teatro aficionado.
Es uno de los nueve fundadores de la Academia y hasta el domingo no solo no había ganado un goya, es que ni siquiera había sido candidato. José Sacristán (Chinchón, 1937) por fin ha ganado el premio a mejor actor con El muerto y ser feliz, de Javier Rebollo. Desde Roma (2004) hasta Madrid, 1987 (2011), el cine le ha llamado poco y aún menos le ha interesado lo ofrecido. Ahora, convertido en actor fetiche del cine más rompedor, en una versión 2.0 de la expresión “a la vejez, viruelas”, Sacristán está feliz, tranquilo y con el cabezón en la mano. Nota aquí.
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