30 Años Memoria (I)
En una esquina de la casa descansaba una guitarra, y Papá, de vez en cuando, cantaba. Su voz era profunda, hermosa, y si cerrabas los ojos y te abstraías de sus escasos recursos como guitarrista, podías llegar a pensar que estabas escuchando a Eduardo Falú: El día que me quieras, Tonada de un viejo amor, Noche de ronda, Contigo en la distancia… Crónica aquí.
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