
Lo mejor hubiera sido celebrar su cumpleaños número 67 el jueves pasado, pero no. Miguel Angel Peralta se fue mucho antes de lo que debería, hace hoy 25 años, y los aniversarios redondos suelen resultar más atractivos a la hora del homenaje. La conclusión es la misma: sea por su aniversario de nacimiento o por su aniversario de muerte, lo que está claro es que a Miguel Abuelo se lo extraña. Se lo extraña como se extraña a otras dos figuras esenciales del rock argentino que se fueron antes y después que él, una sucesión en solo un año que fue un nocaut para la patria rockera. En la Navidad de 1987, Luca Prodan; en diciembre de 1988, Federico Moura. La serie, de tan negra, resultaba inexplicable. Nota aquí.
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