Pilar López de ayala
Una vez la saludé después de verla entrar en el Café Comercial en Madrid. Me gusta el chocolate con churros y yo estaba allí, encorvado en la barra, con una pose casi ridícula degustándolos con delectación. Y entró ella, hermosa, luminosa y fresca como un vendaval de abril. Quería decirle que había escrito una preciosa canción basada en una de sus películas: "Báilame el agua" e invitarla a venir a uno de mis conciertos con la esperanza de escucharla, pues esa pieza aún no la había grabado decentemente. Crónica
aquí.
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