miércoles, abril 17, 2013

Martín Caparrós

Somos truchos.



Me equivoqué otra vez –y ya es costumbre. Pero en ésta me equivoqué durante años, entusiasta. Siempre pensé que uno de los grandes frenos que trababan al estado argentino era la insistente ilegalidad con que la mayoría de los ciudadanos nos relacionamos con él. Todos sabemos que casi todos lo hacemos. Aunque hay, por supuesto, grados y maneras. Nota aquí.

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