Otro triunfo de la ética
Tengo que repetir que no me gusta utilizar las páginas de este diario para hablar de mi persona. Pero esta vez lo voy a hacer porque no fue un triunfo mío, sino del pueblo de Esquel, esa bella ciudad chubutense a orillas de los Andes, ciudad que amo y seguiré amando para siempre. Nota aquí.
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