miércoles, mayo 15, 2013

Martín Caparrós

Lali Bertá.



Hay que ser bruto para entregarle ese lugar a Macri.
Mauricio Macri supo ser una beca para los progresistas de la ciudad de Buenos Aires: que fuera el jefe de los contrarios era una gran ayuda. Era fácil unirse contra el boquipapa hijo de papá representante del centro-derecha empresarial. En 2003, por ejemplo, consiguió el milagro de que un candidato –Aníbal Ibarra– curvado bajo el peso de la Alianza devastada ganara en el distrito, solo porque él estaba enfrente: porque todos los no-neoliberales hicieron la unión sagrada contra él. Crónica aquí.

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