martes, junio 11, 2013

Rodolfo Serrano

Hospitales

Lo peor, amigo, y se dé lo que hablo,
es, cuando en el hospital, una muchacha,
joven y ciertamente hermosa, lava
tu cuerpo derrotado mientras habla
del tiempo y de la vida. Y sientes
la suavidad del látex en sus manos
que recorren rincones que creías
sólo al placer abiertos.

Completo aquí.

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