Creo que fue Luis Antonio de Villena quien escribió que leída una novela de Modiano leídas todas.
A contracorriente de la ortodoxia oficial, y aun reconociendo los innegables valores literarios del autor francés, sostenía Villena que Modiano era muy (pero que muy) reiterativo. Y sí. Resulta cierto. Pero también es verdad que, consumido en dosis moderadas y de cuando en cuando, Modiano cautiva. Por ejemplo, en Un circo pasa. De nuevo, en un tiempo pretérito difuso (finales de los 50 o principios de los 60 del siglo pasado) una serie de personajes que arrastran enigmas, un hombre y una mujer cuyas existencias se entrecruzan durante unos días rememorados desde la distancia. Cafés parisinos, humo de cigarrillo, gabardinas, celuloide en blanco y negro, una atmósfera de indeterminación. Dos jóvenes (él y ella) son interrogados por la policía. Han encontrado sus nombres en una agenda. Crónica aquí.
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