Ismael Serrano, militante de la memoria y creador de puntos de encuentros.
Ismael Serrano, una especie de ese hombre extraño del que habla Silvio en la canción de igual título, es un tipo que, centrado en tiempos convulsos, no se cansa de sembrar utopías. Él es consciente de que con sus canciones, con la música, con su oficio de trovador, no va a cambiar el mundo pero que sí puede establecer vínculos, ser un punto de encuentro para entender que no estamos solos y que cada ciudadano tiene la capacidad para "influir en la realidad en tanto y en cuanto sea capaz de demostrar esas complicidades entre unos y otros". Crónica aquí.
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