Entre viejos, niños y obispos.
Mañana, día de elecciones en la Argentina. Los colegas y vecinos de aquí, Alemania, me hacen la clásica pregunta: “¿Y quién va a ganar?”. Les respondo con la respuesta porteña: “El más mejor”. Me miran, desorientados.
Es que justo la desorientación domina el mundo. Aquí en Alemania, luego del espionaje de Obama al teléfono celular de la primera ministra Angela Merkel, ha cundido la pregunta: “¿Y qué somos? ¿En qué mundo vivimos?”. Estados Unidos espía hasta a sus mejores amigos. Pero, más que eso, lo que debe predominar para aprender es la verdadera realidad de las naciones. En Alemania han caído, como un golpe en la nuca, dos estudios que acaban de ser publicados: la situación de los ancianos y de los niños en este país. Nota aquí.
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