viernes, febrero 14, 2014

Silvio Rodríguez

Santy

Suena el teléfono a las cuatro de la mañana y pienso
que ojalá sea un equivocado. Desde una
conciencia adormecida el instinto de conservación lanza ese pensamiento. Si esa llamada no es error ¿qué buena noticia te pueden dar a las cuatro de la mañana? El instinto no traiciona, no miente, viene de un lugar ignoto pero corta como navaja, porque cuando escucho Aurora y después “cuándo fue”, ya la cabeza está en Vicente, que está en Guatemala, en algún accidente de avión o carretera, en un atentado loco. Crónica aquí.

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