miércoles, julio 02, 2014

Martín Caparros

Messi debe sufrir, todos sufrimos

Pagaría –no sé qué pagaría– por saber qué tiene este pibe en la cabeza. En el segundo tiempo, apretado contra la raya por dos guardias suizos, decidió salir de ahí, desde un lugar de donde nadie sale. Saltó al primero, quebró al segundo, corrió hacia el área, eludió a un tercero, se la dejó a Palacio a ocho metros del arco –pero le rebotó. Pagaría –no sé qué pagaría– por saber qué pensó: ¿que Valdano o Burruchaga las metían? ¿Que su pase podría haber sido mejor? ¿Que la próxima vez la sigue él?
Messi debe sufrir; todos sufrimos. Ayer terminamos dando lástima. Cortando clavos. Pidiendo la escupidera. Rezando, santiguando, apretando el izquierdo. Y en el último segundo nos salvó la suerte, un palo, un rebote milagroso; Romero, helado, la miraba. Helada, la Argentina. Crónica aquí.


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