RETRATO ÍNTIMO DE «CARLOS CANO».
Nació y creció en Granada y fue como un vagabundo, perseguidor sediento e incansable de una estrella a la que los locos del lugar llamábamos "utopía"; lo conocí «errante como un lobo, aullando las canciones de quien lleva ardiendo la mirada»; me dijo: «Soy la Esperanza», y le abrí mi corazón; viajamos juntos a las «cornisas de la luna, buscando el río que la mar serena»; ahuyentamos «veneno, espinas y serpientes»; y entendimos la amistad, la sensibilidad, la ternura, la libertad y la alegría, «como un puño sensible que mueve montañas».Crónica aquí.
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