Un pasado que siempre está por suceder
Al frente de su Quinteto, con fuerte representación “familiar”, el bandoneonista y compositor salteño ofreció el fin de semana un espectáculo que no necesitó estrépitos para sonar intenso. Pero el milagro se produjo cada vez que Dino se soltó en sus fraseos.
La música de Dino Saluzzi está, sin dudas, entre las representaciones más vigorosas de un posible sonido argentino. Tradición e invención, historia y presente, dialogan sobre una identidad precisa, lejos de artificios, y ceñida a una memoria en continuo movimiento. Ajena a las pujas para imponer a través de plazas y multitudes lo que deberían ser los oropeles sonoros de la patria, la obra de Saluzzi es una declaración de pertenencia íntima, sustanciosa y cabal. Nota aquí.
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