Si la democracia nos hubiera traido, como los hijos un pan bajo el brazo, un desarrollo cultural acorde a un pais en el que han nacido grandes genios, Javier Krahe no debería venir a una sala de ciento cincuenta personas dos días cada año...y hablo de Sevilla como podría hablar de cualquier otra ciudad...y me consta que ese es el tipo de salas en las que él se siente agusto...
Debería venir una semana entera al Maestranza...quizá por eso me cuesta tanto creer en la supuesta genialidad de artistas contemporáneos "de masas"...
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