“Los grupos de tareas nunca pudieron entrar a la villa. Tenían miedo a la villa”
En el megajuicio de la ESMA declara Alfredo Ayala, que fue dirigente villero de zona norte de Montoneros y cayó prisionero en el campo clandestino de concentración de la ESMA, de donde se fugó dos veces.
“¡¡¿Qué hacés Mantecol?!!” Alfredo Ayala, el hombre que se escapó dos veces de la ESMA, se dio vuelta. Acababa de llegar al predio de la Escuela de Mecánica de la Armada, desde donde había escapado hacía poco más de veinte años. Néstor Kirchner avanzaba entre una comitiva. Año 2004. Un helicóptero lo había dejado en la plaza de armas. A diez metros de aquel llamado, Ayala tomó coraje y preguntó: “Señor presidente, ¿cómo sabe que yo era Mantecol?” Todo le venía pareciendo bastante raro. La invitación. La ocupación del predio. El micro. Y ahora esto. “¡Y cómo no voy a saberlo, Mantecol! –dijo Kirchner–: ¡Mirá al resto! Se vinieron de traje, se pusieron las mejores pilchas, y el único villero sos vos.” Nota aquí.
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