Si de vinos habláramos estaríamos ante una cata de unLabordeta Gran Reserva, podría ser un tinto del Somontano fruto de una gran cosecha y años de espera reposada, el de este Labordeta más íntimo y poético según el buen hacer y mejor cantar de María José Hernández, aunque en el directo también saboreáramos sonidos de cosecha propia. Tras una labor de escucha atenta y búsqueda emocional y selectiva la trovadora ha incorporado a su repertorio un selecto conjunto de joyas más desconocidas de la discografía del “abuelo”, sobrenombre con el que también se reconoce a José Antonio Labordeta (Zaragoza, 1935-2010). Crónica aquí.
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