ARRITMIA
El latido de los días sin ti
se vuelve braquicárdico.
El tiempo se adormece,
soporífero,
como secuestrado por una tarde
cualquiera de agosto,
y transcurre lento, pesado.
Los días se mueven
a ritmo de adagio,
las horas, arrastrándose.
Todos los colchones del mundo
hacen insomnes la mitad de las noches;
la otra mitad me dejo atrapar
por el vacío de tu falta,
que me engulle.
se vuelve braquicárdico.
El tiempo se adormece,
soporífero,
como secuestrado por una tarde
cualquiera de agosto,
y transcurre lento, pesado.
Los días se mueven
a ritmo de adagio,
las horas, arrastrándose.
Todos los colchones del mundo
hacen insomnes la mitad de las noches;
la otra mitad me dejo atrapar
por el vacío de tu falta,
que me engulle.
Completo aquí.
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