miércoles, septiembre 16, 2015

Cuesta & Fides


CUESTA & FIDES. NIGHT SHOP O COMO DESOBEDECER A UN HOMBRE CÉLEBRE.

Los hombres se aferran a sus cochinos recuerdos, a todas sus desgracias, y no se les puede sacar de ahí. Con eso ocupan el alma. Se vengan de la injusticia de su presente revolviendo en su interior la mierda del porvenir. Justos y cobardes que son todos, en el fondo. Es su naturaleza.

En ocasiones los hombres célebres se equivocan, porque en realidad cada hombre es un dios al que su religión ha perdido el respeto. Quizás por eso anoche, desoí al hombre célebre y me regodeé  en mi memoria y siendo una falsa tirana obligue a mis amigos a regodearse también la suya. Y la noche fue el lugar más luminoso del mundo, algo así como el día interminable que ofrecen los círculos polares a los hombres. Recuerdo que era más verano que nunca a pesar de ese frío legendario que persigue a los tímidos como yo. Hacía calor sí, pero los grados centígrados fueron hombres muertos en cuanto los amigos ocuparon sus lugares. Risas, guiños cómplices y aplausos cuando la voz se quiebra porque el personaje que subes al escenario se cansa de ser obediente.
 Sí, anoche fui débil  y lo fui delante de demasiadas personas, pero no arrepiento. No fui  la mujer de hielo que suelo ser y que esperaba mi memoria, y tampoco fui la cantante que le prometí a muchos que sería porque mi querido chanteur se fue a América a cumplir su sueño de conocer a Gordi sólo para que yo aún tenga la posibilidad de seguir  soñando con cantar un día sobre un escenario. Crónica aquí.

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