'Debimos acercarnos antes a Estados Unidos'
Para Silvio Rodríguez (Cuba, 1946) sus canciones "siempre han sido una especie de grito con pocos decibelios, porque la bulla no gusta". La queja implícita en sus versos hace que la gente lo quiera o lo odie, tal vez ese sea el coste por querer ser él mismo. Un extraño atractivo envuelve a quien escucha esa voz frágil y aguda. Decía el poeta Mario Benedetti que "su voz no es cálida, ni grave ni mucho menos seductora. Ese timbre casi metálico y frágil que uno llega a temer que en cualquier momento se le quiebre". Y ese es el riesgo que Silvio convierte en una virtud. Nota aquí.
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