jueves, marzo 17, 2016

Rodolfo Serrano

Estimada señorita

Si usted me quiere, señorita, puede
comerme a besos. Decirme que me ama,
tomarme de la mano y suavemente
llevarme hasta su cama o invitarme
a un gin tonic o gritarlo en las esquinas.

Sabe usted que yo siempre estoy dispuesto,
a pesar de las canas de mi barba
y de mis muchos males. Usted puede,
si se atreve, incluso a abrazarme por las calles,
besarme por tabernas y portales.
Completo aquí.


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