RETRATO ÍNTIMO DE «LUIS EDUARDO AUTE»
Hace ya varias semanas que he sentido una gran necesidad
de recuperar este "retrato íntimo" que escribí
en mi libro "Crónica cantada de los silencios rotos" publicado en 1998;
recuperarlo para expresar –a través de él– el inmenso cariño
y la tremenda admiración que siento hacia Eduardo desde hace mucho tiempo.
Hoy, que oficialmente ya es público que se está recuperando
–por lo que nos sentimos inmensamente felices– me he decidido
a compartirlo aquí donde "cantamos como quien respira".
¡Ojalá muy pronto, lo antes posible, podamos abrazarle!
Me encontré con él y con sus canciones en el tiempo en el que buscábamos, desesperadamente, «rosas en el mar» –«los pies desnudos, la voz al viento; las manos limpias, la sangre ardiendo»– y clamábamos al firmamento: «La verdad, ¿dónde estará la verdad?»...
Lo recuerdo muy bien, fue para mi como «una llama que apartó tinieblas en los claroscuros de mis pensamientos»...; incendió …«la vida que fluye en las ramas del árbol que llevo en el cuerpo» y «resucitó mis músculos dormidos» –sed de sentimientos–...; me enseñó a escuchar «la débil voz y el inexorable latido que brota de hombre que nunca quiso ser máscara del hombre», y entré en su «templo encomendando mis espíritu al vientre consumado de mi bien amada». Nota aquí.
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