lunes, diciembre 19, 2016

Luis García Montero

El mundo del trabajo

Las movilizaciones convocadas esta semana por los sindicatos intentan situar la reivindicación laboral en el centro de los debates políticos. Se trata de un esfuerzo difícil, pero imprescindible. Pensar el trabajo es pensar la democracia.

En el poema inicial de Campos de Castilla, Antonio Machado dio prioridad a su orgullo laboral en unos versos inolvidables: “A mi trabajo acudo; con mi dinero pago / el traje que me cubre  y la mansión que habito, / el pan que me alimento y el lecho en donde yago”. La alusión al trabajo en su “Retrato” contenía una declaración ética que marcó también el sentido de su poesía. El civismo republicano de los versos no se identificaba con la torre de marfil, ni con la profecía de los dioses, ni con la marginalidad dorada de los bohemios, sino con la palabra del ciudadano que acude a su trabajo. Nota aquí.


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