jueves, febrero 16, 2017

Joaquín Pérez Azaústre

Respuesta

Creo que Donald Trump debe sacar lo mejor de nosotros. Sé que esto, dicho así, suena a baladronada, a una ingenuidad de andar por casa, cuando el balón se está jugando lejos de tu dominio, en otra latitud, con otra medición de las jugadas, otra combinación entre el hombre y el césped, su esfuerzo de alquitrán. Sé bien que ahora nada le importa a Trump lo que podamos hacer, pero pensemos en lo que representa: lo peor del egoísmo, su última maldad. No puedes hacer como Matthew McConaughey y esperar que las cosas mejoren: porque, para cuando puedas reaccionar, ya habrá sido demasiado tarde y habrán ido a sacar a su propia familia de su íntima frontera. No quiero decir que podamos hacer, cada uno de nosotros, verdaderamente, mucho, ni siquiera nada, contra Trump; pero pensemos en la vida, en los códigos éticos que Donald Trump representa. No es una cuestión de ideología, de izquierda o de derecha --que mirada más corta, ésta tan nuestra, que sólo sabe ver los focos luminosos entre los dos extremos--, de un conservadurismo más o menos rancio o de un progresismo de salón: hablamos de un hombre que en unas pocas semanas ya ha puesto por los suelos las bases ideológicas de la política exterior de EEUU, con sus luces y sombras, que no habría enviado sus tropas para desembarcar en Normandía, porque se habría aliado con los nazis. Completo aquí.


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