El Coliseo, un bulevar de sueños cumplidos
Sabina desgranó su último trabajo, pero recurrió a los clásicos para poner al recinto en pie
Fue un ángel con alas negras, un profeta del vicio, una flor en el precipicio y un esquirol. Pese a que lo negó todo con el tema estrella de su último disco nada más subirse al escenario, son precisamente la pose canalla, ese deje de burdel de entreguerras y la posibilidad de que esta gira sea la última que le traiga a la comunidad lo que hizo que los 6.500 fans (el aforo completo que se puso a la venta), que compraron las entradas del concierto hace cuatro meses, vivieran una de las noches más especiales en lo que a eventos musicales se refiere, y que tantos otros repetirán hoy a las 21.30 horas, de nuevo en el Coliseo, donde se volverá a colgar el cartel de: no hay billetes. Dos citas, dos llenos. Nota aquí.
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