Kamasutra ideológico
Comparto tu postura,
tu lengua impregnada de certeras palabras,
tu piel de crisálida social.
Respiro cada poro de tu anaranjada alegría.
Sudo contigo la sed del mundo
y desciendo entre tus enredaderas de argumentos,
lamiendo tus párpados que, líquidos, se deshacen en eternas noches de luz.
Curo el dolor de tus heridas.
Desciendo hasta el encaje de tu origen,
allí donde habita, inexpugnable, la razón.
Y con infinita impaciencia,
te espero,
indeciso,
para reiniciar, contigo, ese frágil deseo de cambiar el orden de las cosas.
tu lengua impregnada de certeras palabras,
tu piel de crisálida social.
Respiro cada poro de tu anaranjada alegría.
Sudo contigo la sed del mundo
y desciendo entre tus enredaderas de argumentos,
lamiendo tus párpados que, líquidos, se deshacen en eternas noches de luz.
Curo el dolor de tus heridas.
Desciendo hasta el encaje de tu origen,
allí donde habita, inexpugnable, la razón.
Y con infinita impaciencia,
te espero,
indeciso,
para reiniciar, contigo, ese frágil deseo de cambiar el orden de las cosas.
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