Cataluña
La verdad es que hay muchos asuntos sobre los que me gustaría escribir esta semana para dialogar con los lectores de infoLibre. La utilización de Trump de los jóvenes sin papeles, la tragedia de nuestras fronteras y las devoluciones en caliente, la precariedad laboral, el dinero que nos ha costado rescatar a la banca… Tantas, tantas cosas.
Pero siento la obligación de escribir sobre Cataluña. Ya sé que se han publicado miles de artículos, que se ha dicho todo, que la radio y la televisión son estos días animales rumiantes que dan vueltas al asunto en sus bocas insaciables. ¿Qué puedo aportar yo? Un sentimiento, el sentimiento personal de la tristeza.Es poca cosa, pero no está fuera de lugar. Al fin y al cabo el nacionalismo es una cuestión de sentimientos. Me atrevería a decir que el nacionalismo en el siglo XXI sólo es respetable porque los sentimientos son respetables. Nota aquí.
Pero siento la obligación de escribir sobre Cataluña. Ya sé que se han publicado miles de artículos, que se ha dicho todo, que la radio y la televisión son estos días animales rumiantes que dan vueltas al asunto en sus bocas insaciables. ¿Qué puedo aportar yo? Un sentimiento, el sentimiento personal de la tristeza.Es poca cosa, pero no está fuera de lugar. Al fin y al cabo el nacionalismo es una cuestión de sentimientos. Me atrevería a decir que el nacionalismo en el siglo XXI sólo es respetable porque los sentimientos son respetables. Nota aquí.
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