No me enamoro de promesas.
Me enamoro de realidades
que quedan grabadas bajo la piel,
tocando el lado izquierdo del pecho.
Me enamoro de realidades
que quedan grabadas bajo la piel,
tocando el lado izquierdo del pecho.
(Dedicado a Juan Carlos Prados Lucas, por no permitir que el viento se lleve las palabras, por no dejar de perseguir sueños, por dar valor a la palabra amistad. Gracias.)
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