FALTAN PALABRAS
A veces
no sobran las palabras.
A veces, faltan.
Se anudan los sentimientos
en la boca del estómago
o en los pulmones,
y terminan explotando
entre las costillas.
Y la onda expansiva
rebosa los lagrimales de agua salada,
y la garganta, de llanto.
El cuerpo reposa,
vacío y deshidratado,
herido,
hundido en el silencio.
No hay palabras.
Porque faltan.
Como el aliento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario