Hemos sido tan jóvenes
que todo dolía.
Y anoche, en la penumbra,
he creído distinguir
a la chica que un día habló
el idioma del bosque.
Tarareaba esa vieja canción
que aquella noche tallamos
en la madera maltratada
de los árboles de la infancia.
Reía
y en su risa,
yo me veía caer.
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