jueves, junio 21, 2018

Joaquín Pérez Azaústre

Nicaragua

Sergio Ramírez recibió el Premio Cervantes mientras se desangraba Nicaragua. Ese mismo día publicó un artículo en El País titulado Una represión sin sentido, en el que denunciaba la situación de su país: «En Nicaragua el régimen está usando la violencia desproporcionada y sin sentido para reprimir la justa protesta ciudadana encabezada por los jóvenes que están siendo masacrados por fuerzas paramilitares y policiales. Centenares han sido apresados y no se sabe de su paradero». Así empezaba. Era oceánica la distancia entre el momento de Ramírez y el fuego urbano que ya estaba arrasando las plazas nicaragüenses, pero el novelista no se había despegado ni un solo milímetro de su escritura de la realidad. Nota aquí.


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