lunes, junio 18, 2018

Luis García Montero

Cuidado con los Derechos Humanos

Hay palabras y cosas que se convierten en metáforas del mundo en el que vivimos. Son cosas, nuestras cosas, que perturban las raíces de la intimidad. La España y la Europa del neoliberalismo están bien representadas en la concertina, esa palabra y esa cosa que se despliega en nuestra conciencia como un alambre de cuchillas. La desregulación de la sociedad convierte la vida en un ejercicio de riesgo y violencia. La concertina no habla sólo de la crueldad social ante los migrantes, plantea una filosofía de la vida en la que el triunfador, el que consigue llegar y cruzar las vallas, piensa que le debe el éxito a su propio valor, al mérito de su dolor y su carne. Las concertinas simbolizan ese veneno de la cultura del emprendimiento, el hacerse a sí mismo, el no deberle nada a nadie, el triunfo por encima de la ley. Éxito, rencor y desprecio están en la base de este proyecto de vida. Nota aquí.


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