Unas pocas palabras verdaderas
Más que racionales, los humanos somos seres de costumbres. Por muy alto que vuele la capacidad de pensar, poca distancia recorre y poco sirve si las ideas pierden pie separadas de la tierra, o de la cocina, o de las calles de la ciudad. Vivimos en las costumbres y en las palabras porque son un puente entre la realidad y la abstracción, una forma de ser y de estar a la vez, de ser estando.
Pronuncio la palabra desayuno y entro en un orden simbólico de los seres humanos, pero al mismo tiempo aludo a mi costumbre particular de llegar a la cocina, hacerme un café, unas tostadas, un zumo de naranja, tomar un yogur de la nevera y encender el televisor para encontrarme, mientras consuelo mi cuerpo, con las noticias del mundo. Nota aquí.
Pronuncio la palabra desayuno y entro en un orden simbólico de los seres humanos, pero al mismo tiempo aludo a mi costumbre particular de llegar a la cocina, hacerme un café, unas tostadas, un zumo de naranja, tomar un yogur de la nevera y encender el televisor para encontrarme, mientras consuelo mi cuerpo, con las noticias del mundo. Nota aquí.
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