Una velada hecha de canciones eternas
El amor por la obra y la camaradería entre los músicos fueron el sustento de un concierto de alto nivel: del primer disco de Almendra a Un Mañana, el repertorio dio cuenta de las múltiples facetas que supo alcanzar la obra de un artista esencial.
Luis Alberto Spinetta, solo con su guitarra en una habitación oscura, ilumina con los versos íntimos de “Hiedra al sol”. Más de dos mil quinientas personas hacen silencio y se dejan conmover por la escena. Sobre el escenario de la Ciudad Cultural Konex, los tecladistas Mono Fontana y Claudio Cardone acompañan la canción con aportes sutiles. “Oh! Tal vez, tal vez, yo te abrace donde estés”, deja escapar el Flaco con su voz amorosa y serena. Promedia El Marcapiel, el espectáculo que demuestra que su obra está viva y sigue interpelando corazones. La imagen de Spinetta se proyecta en una pantalla gigante pero es como si estuviera ahí, de cuerpo presente. De algún modo, lo estuvo. Bajo la dirección artística de Javier Malosetti, que no escondió la emoción en ningún momento, un elenco de músicos que lo acompañaron en sus diferentes proyectos musicales y artistas allegados a su obra repasaron ayer las canciones más significativas de su vasto repertorio. Y celebraron con el público el Día del Músico, que se conmemora, claro, por la fecha de su nacimiento. Nota aquí.
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