martes, enero 01, 2019

La Habana

La Habana, 500 años de cultura mestiza

La capital de Cuba cumple medio milenio en 2019 manteniendo su poder de atracción

y la creatividad de su gente, por la que fluye sangre taína, española, africana y china.


En una frecuentada barra de La Habana canta un trío: “Las penas que me maltratan/ son tantas que se atropellan/ y como de matarme tratan/ se agolpan unas a otras/ y por eso no me matan…”. Los afilados versos de Sindo Garay en La Tarde atrapan al personal en el garito, donde el eco de la trova se empasta con el sonido de los hielos al chocar en el doble de ron que el poeta Sigfredo Ariel sostiene en la mano.
Estamos en los estudios de la Egrem, en la calle San Miguel y Campanario, lugar mítico donde grabaron Josephine Baker, Benny Moré, Bola de Nieve, Bebo y Chucho Valdés, Compay Segundo, Omara Portuondo y otras glorias que lo eran mucho antes del Buena Vista Social Club. “Sin la música y sin La Habana Cuba no se entiende”, dice Sigfredo, que defiende, ahora que se cumplen 500 años de su fundación, que la potencia cultural de La Habana es inmensa y le viene dada por su mulatez y por la mezcla. Cita Ariel a Gastón Baquero, poeta y pensador igualmente inmenso, que consideraba a la capital cubana una especie de Aleph tropical, un punto donde convergen todos los puntos y también el espacio y el tiempo. Nota aquí.

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