Ensayo de una memoria personal y compartida
El trabajo de la intérprete reivindica la fecunda obra del rosarino como espacio de lo posible. Así resignifica joyas como “Giros”, “Del 63” y “Tres agujas”, entre otras.
Original por único, auténtico por fidedigno, irrepetible por definitivo. Sobre estas asociaciones se fue formalizando lo lógico y definiendo lo meritorio para señalar los horizontes del gusto. Sobre estos intereses, que no excluyeron a la canción, se edificó durante décadas un sistema de valores. Sin embargo, como supo escribir el poeta Edgar Bayley, “…tras el canto un nuevo roce se prolonga y las madrugadas esconden abecedarios inauditos”. Acaso sea esa la voz que guía a Liliana Herrero en Canción sobre canción, su nuevo disco, editado por el sello Elefante en una Habitación y producido a través de una financiación colectiva. Se trata de otro lúcido ensayo de la cantora, acerca de lo que revela la interpretación en sus pliegues. Esta vez sobre canciones de Fito Páez. Nota aquí.
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