Hoy. -
A la memoria de Esther Pita, Alcaldesa de las buenas personas.
Hoy, la hoja de nicotiana no encuentra esa mano de santa
cuya caricia universal se añora desde Cuba hasta Liáns.
Hoy, los hijos que no tuviste crecen como margaritas
rompiendo a versos los adoquines de wall street.
Hoy, el Sol, herido de muerte, cae como un Goliat abatido
dejando un reguero rojo que incendia el mar del Castillo,
ese que te acompañó desde siempre
en tus ojos de niña y que tanto quisiste.
Hoy, no eres cenicienta, pero si pardela libre,
Corazón inmenso, madrina de los humildes.
Completo aquí.
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