SI TE RINDIERAS
la trinchera quedaría vacía de esperanza.
Indefensa.
Malherida.
La vida sería un vaivén rutinario y esperpéntico,
una jauría de voces con silencios quebrados.
Si te rindieras,
¿quién brindaría con luz en sus noches cerradas?
¿quién mecería con dulzura su pequeño naufragio?
¿quién daría consuelo a sus preguntas blancas?
Si te rindieras,
yo bajaría contigo hasta el ocaso,
para romper cadenas y supurar las heridas.
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