domingo, marzo 17, 2019

Rodolfo Serrano

En autobús
Habla por el teléfono. Se ríe
de vez en cuando. Dice
que anda últimamente preocupada
por la hija lejana. Que una madre
no debería perderse ese momento
de los primeros amores
ni el dolor de después del abandono.
Y que ella misma
se siente a veces cansada y desearía
irse a bailar un día y divertirse
sin nadie que te diga
lo que puedes hacer o lo correcto.
Cuenta luego de una oferta de trabajo.
De la anciana a la que ayuda y a la que
le está cogiendo cariño. Pobrecilla.
Pero siempre retorna a lo de siempre,
a la hija solita y tan lejana,
y que ella teme cualquier cosa
porque, ¿sabes?, está en edad difícil.
Y se calla y repite a ver si cualquier noche
quedamos que no todo ha de ser triste.
En Moncloa se pierde entre la gente.
Y escucho, muy lejana,
su voz y alguna risa tan amarga
como lo es el dolor cuando estas solo.


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