"El feminismo es una revolución de amor"
Rozalén (Albacete, 1986) ha puesto letra y música a la luz tras una relación tóxica, al romance polémico de sus padres o a la historia de un tío abuelo muerto en la Guerra Civil. Lo hace con una voz capaz de acunar el dolor o celebrar la felicidad; una que recorre el país con la gira Cuando el río suena, que hoy jueves recala en el Auditórium de Palma.
Estuvo una década fogueándose antes de fichar por una discográfica. ¿Qué ventajas ha tenido construir su carrera de esa forma?
Muchísimas. Es muy importante tener que llevar tu propio equipo, pelearte con la gente para que te escuche y tocar en la calle; saber que las cosas cuestan. Te enseña mucho. Por eso valoro lo que nos pasa.
¿Qué pensó cuando Sabina dijo de usted que era la nueva Chavela Vargas?
Que es muy exagerado, pero él es muy pasional y cuando te entrega la Luna, te la entrega enterica. No me lo creí, porque Chavela es muy grande. Me encantaría ser una gran Chavela Vargas, pero para eso tengo que trabajar mucho. Es una suerte inmensa tener a maestros como Joaquín rodeándome y dándome empujones y la mano de esa manera. Nota aquí.
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