Adiós a un gran poeta y ensayista
El escritor cubano fue uno de los intelectuales más destacados de la literatura latinoamericana. Presidió la Casa de las Américas desde 1986.
El acento de Roberto Fernández Retamar suaviza “no sé qué pena del alma”, se podría decir parafraseando unos versos incluidos en Una salva de porvenir, una antología esencial de su poesía que publicó Colihue en 2012. El joven Retamar escribió “El otro”, fechado nada menos que el 1º de enero de 1959, el día del triunfo de la Revolución Cubana. “Nosotros, los sobrevivientes,/¿A quiénes le debemos la sobrevida?/ ¿Quién se murió en la ergástula,/ Quién recibió la bala mía/ La para mí, en su corazón?/ ¿Sobre qué muerto estoy yo vivo,/ Sus huesos quedando en los míos,/ Los ojos que le arrancaron, viendo/ Por la mirada de mi cara,/ y la mano que no es su mano,/ Que no es ya tampoco la mía,/ Escribiendo palabras rotas/ Donde él no está, en la sobrevida?”. Cuando presentó el libro en Buenos Aires, reconstruyó cómo vivió ese momento histórico. “Yo salí y me monté en lo que aquí llaman colectivo y allá guagua, para consternación de los argentinos, que cuando oyen decir que vamos a coger una guagua les produce un verdadero pavor –bromeaba el poeta–. Y en el ómnibus sentí llegar el poema. Yo no puedo sentarme a escribir: los poemas llegan o no llegan. Llevaba un papel en el bolsillo y escribí ‘El otro’. Pensaba en la enorme alegría que estábamos viviendo la casi totalidad de los cubanos y en aquellos que habían hecho posible el triunfo y ya no estaban con nosotros.” Nota aquí.
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