Joan Baez
Todavía estoy impresionado. Ayer canté con Joan Baez en su concierto de despedida, en el Teatro Real de Madrid. Aunque su voz manda en mi corazón desde que tengo uso de canción, no la conocía personalmente. Ayer me impresionó por su naturalidad, por su dulzura y delicadeza, por su profesionalidad. Hace apenas veinte días, me invitó a cantar con ella en “mi último concierto de mi última gira”: “It will be wonderful to see you and sing with you. Adios Rios is the most beautiful song!”. El día anterior, o sea antes de ayer, ella había dado un concierto en San Feliu de Guíxols, que empezó tarde por la lluvia... y que acabó a las tantas. Viajaron en autobús durante toda la noche para llegar a Madrid por la mañana. Me citó a las cinco de la tarde para ensayar la canción, primero en su camerino, después en el escenario, mientras probábamos sonido, y aún antes de salir a escena.
Cuando salí a cantar le dije que me sentía feliz por estar allí con ella y le di las gracias por cantar en gallego a Rosalía De Castro, por hacer suya mi canción y por compartir conmigo escenario y amigos en un momento tan especial. Al terminar el concierto me pidió que me quedara para celebrar el éxito y la despedida con todo su equipo técnico y artístico. Toda la gente que le rodea me pareció de una gran profesionalidad y muy cercana. Fue un acto íntimo en que se mezclaba la alegría por el éxito de la gira europea, la celebración por todo lo vivido en tantos y tantos escenarios, con un punto de nostalgia también y de tristeza en los músicos y técnicos que llevan años acompañándola. Crónica aquí.
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