Una 'Vida' entre canciones
- La cantante madrileña repasó su nuevo trabajo además de interpretar muchos de sus temas clásicos
Las canciones son como magdalenas proustianas. Tienen el poder de conducirnos a territorios mágicos que suceden en el pasado. El poeta Jaime Gil de Biedma supo escribirlo en aquel poema que tituló Elegía y recuerdo de la canción francesa. Al salir a escena Ana Belén, elegancia vestida de rojo, los presentes sabíamos que íbamos a encontrarnos con el azul de nuestra propia memoria, con un sendero de palabras y de melodías que nos pertenecen. Pero no confundir esa emoción de lo reconocible con el ejercicio simple de la nostalgia por la nostalgia. Ana Belén habita el presente con los cinco sentidos, sin haberse quedado varada en un ayer de autocomplacencia. Por eso defendió en escena su última propuesta, Vida, que resume en su paleta sonora la artista plural que es Ana Belén, los muchos mundos sonoros que habita con su voz.
Jerez y el marco privilegiado del Tio Pepe Festival acogieron a la artista cuya voz no ha perdido un ápice de personalidad, de garra, de emotividad. Su nuevo disco es un muestrario perfecto del tiempo que se habita. Canciones rotundas, expresivas, sutilmente escogidas en un abanico autoral que va de Víctor Manuel a Rozalen. Hablar de Ana es hablar de Víctor que siempre ha sabido meterse en su piel con canciones tan poderosas y emblemáticas como Desde mi libertad, himno feminista en noche de verano que no podía faltar en el repertorio de esta gira y forma a su modo un díptico con Mujer valiente, la canción que le ha escrito Rozalen. Nota aquí.
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