Antonio García de Diego, músico de Joaquín Sabina,
tripulante eterno del crucero Ultramarino del Gran Capitán,
cumple años. Para él, estos versos:
Sin duda alguna, García es De Diego.
No existe escala que se le resista,
en los malos momentos da sosiego,
que el diablo de hacer lo suyo desista.
De las corcheas, el mejor amante;
del carril musical, conocedor.
En el pentagrama traza un diamante,
de la elegancia resulta hacedor.
El escenario es su lugar, su casa.
Con las guitarras y las teclas, guapo;
ante su ser, el mal gusto fracasa.
Nunca necesitó besar un sapo,
a las canciones les brinda carcasa,
Antonio de la música es un capo.
Sin duda alguna, García es De Diego.
No existe escala que se le resista,
en los malos momentos da sosiego,
que el diablo de hacer lo suyo desista.
De las corcheas, el mejor amante;
del carril musical, conocedor.
En el pentagrama traza un diamante,
de la elegancia resulta hacedor.
El escenario es su lugar, su casa.
Con las guitarras y las teclas, guapo;
ante su ser, el mal gusto fracasa.
Nunca necesitó besar un sapo,
a las canciones les brinda carcasa,
Antonio de la música es un capo.
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