“Antes monja que dar consejos a nadie”
El "españolito medio" de los setenta reivindica su "lucidez del perdedor" y confiesa que, a punto de cumplir 82 años, solo le aterran los tontos
Pepe Sacristán, “el hijo de la Nati y el Venancio” como gusta de presentarse, llega al teatro dos horas antes de salir a escena con la tranquilidad de tener todo el papel vendido y el aplomo de 60 años de oficio a la chepa. Lo de la chepa es metafórico. Aparenta 15 años menos de los 82 que cumple en unos días y solo se queja de un runrún en la rodilla. “Mañana voy al traumatólogo, a ver qué jodienda me saca”, suelta, primero de los tacos con los que carga su labia de metralleta. Luego, al salir a la calle, se topa sin metáforas que valgan con la vicepresidenta Carmen Calvo, que viene de liquidar sin acuerdo su reunión con Podemos. “Poneos de acuerdo”, le dispara Sacristán a quemarropa. ¿Le harán caso?. Nota aquí.
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