lunes, noviembre 25, 2019

María Guivernau

BASTA

Creer rozar el cielo
con las yemas de los dedos
y sentir la dureza del asfalto
al chocar mi rostro contra el suelo.

Se nublan los sentidos.
Y el llanto no aclara,
ni arrastra,
ni calma.
Decenas de nudos
recorriéndome las entrañas,
la boca seca
y la garganta ahogando gritos.
Una colección de recuerdos
como agujas
clavándose en el pecho.
La instantánea de tus pupilas
relegándome al insomnio.
Me hago jirones.
Y duele.
Otra vez.
Otra más.
#25Noviembre

#NiUnaMenos


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