Enfermo. -
Me hiciste enfermo crónico de tu roce,
de tu risa leve de carmín cereza,
Y murieron los arquitectos de tus besos,
los ingenieros de tus curvas,
pero, contigo, perduró el Renacimiento,
y mi paisaje urbano, poco a poco,
fue la Venecia de Canaletto.
Te recuerdo...
Completo aquí.
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