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III DÍA LITERARIO: LA MANDRÁGORA
Todo el mundo conoce a estas alturas que La Mandrágora fue un pequeño bar, donde se rodaron Joaquín Sabina y Javie Krahe, con la compañía de Alberto Pérez. Un sitio mítico porque allí comenzó el despegue de un fenómeno de masas como es Sabina.
Su dueño, el pintor Enrique Cavestany, abordó, años después de ser clausurado el bar, el proyecto de relatar de su mano la historia de ese local y de los que lo frecuentaron, con el título "Una cueva diluvial en la Cava Baja". Tengo la dicha de que me cite en una de sus páginas, cuando ofrecí dos conciertos con canciones de Brassens; como no dominaba algunos acordes de algunas canciones, Sabina se me ofreció a acompañarme a la guitarra; y en efecto, tuve a Joaquín de guitarrista.
Libro muy divertido, bello, objeto para mirar y remirar.
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