TESTIMONIOS MUSICALES; AUTE (22)
El gobierno Suárez legaliza los partidos políticos –entre ellos el PCE–, se reconoce el derecho a la huelga. se promulga un segundo decreto de amnistía, entran en funcionamiento las centrales sindicales y se celebran elecciones legislativas, acontecimiento político que no se había producido en España desde 1936. En el mes de octubre la Academia Sueca concede el premio Nobel de Literatura a Vicente Aleixandre.
A nivel político se está produciendo el salto de la cruel dictadura a la esperanza naciente de una democracia que empieza a desesperezarse. En Aute este acontecer parece como si le desbordara –momentánea e impulsivamente– de entusiasmo, solo así se explica el nacimiento de su canción "A por el mar".
«El mar, que fue una palabra
vacía y sin horizonte,
hoy es un niño que canta
sobre cuarenta prisiones,
un niño que se despierta
como una ola gigante,
lleva en un puño una perla
y un coral rojo en la sangre.
A por el mar,
a por el mar que ya se adivina,
a por el mar,
a por el mar, promesa y semilla
de libertad,
a por el mar, a por el mar...
El mar nos está esperando
a poco tiempo del sueño,
sólo es cuestión de unos pasos,
esos que reprime el miedo,
vayamos, pues, a abrazarlo
como un amante que vuelve
de un tiempo que nos robaron,
ese que nos pertenece.» (48)
Sin embargo Luis Eduardo "solitario solidario" –como le llamaría el poeta Antonio Martínez Sarrión– no es hombre de fácil conformismo, su visión de la vida y de la realidad siempre ha ido más allá de lo puramente circunstancial y anecdótico, de ahí precisamente la perdurabilidad de su obra. Crónica aquí.
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